Kim Philby – El Espía del Siglo / Pág.
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Transcripción
Allí llegó Philby bien provisto de dinero. Se alojó en el Hotel Condestable y en la ciudad castellana tuvo oportunidad de conocer a Mola, jefe de los ejércitos del norte, que preparaba la toma de Euskadi. A Fidel Dávila, jefe de la Junta Técnica de Burgos y del Estado Mayor. A Saliquet, jefe del ejército del centro.
Pero en Burgos hace un frío terrible y además la operación del norte se aplaza. Philby entonces viaja a Sevilla, donde los mensajes radiofónicos de Queipo de Llano divierten extraordinariamente a los ingleses. Allí el tiempo es mejor, los frentes permanecen tranquilos y aunque está a punto de ser descubierto como espía, su vida transcurre plácidamente.
Regresa a Burgos y escribe artículos elogiando la campaña de Euskadi, lo que le granjea la confianza de los militares sublevados. Estos le consienten libertad de movimientos. Así Philby es uno de los primeros civiles que entra en Bilbao con las tropas nacionales, y alguien le confunde con la autoridad que ha de hacerse cargo de la villa.
Sus crónicas son precisas. No es un corresponsal colorista que embebe al lector. Pero su lenguaje es convincente, su información exacta y, como está en el bando que va ganando la guerra, sus predicciones se cumplen. Gana prestigio en Londres y The Times contrata sus crónicas. De esta forma, crece en consideración ante los militares de Burgos, que se ven reflejados en el más importante periódico inglés.
De estas relaciones, recoge Philby abundante material que pasa a sus contactos soviéticos. Quizá no transmitió nunca revelaciones sensacionales. pero el MI5 ha barajado la hipótesis de que el contraataque franquista de Teruel (28-31 de diciembre de 1937) fue contrarrestado por la República gracias a la información de un espía, que pudo ser Philby.
Mas no todo ha de ser guerra. En Burgos conoce a una joven divorciada británica. Linsay-Hogg, antigua bailarina de cabaret. El idilio le ayuda a olvidar a su esposa Litzi Friedman, que, para entonces, ya tramita el divorcio. Litzi abandonará Inglaterra y se establecerá en Berlín Oriental tras la Segunda Guerra Mundial.
La guerra en España proporcionará a Philby sabrosas anécdotas, como la de su entrada en Barcelona con las vanguardias franquistas, por lo que de nuevo se le confunde con la primera autoridad de los nacionales para regocijo de los lectores de The Times.
Revista Historia 16
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