a. La persecución de los seguidores del verdadero Cristo empezará con una venganza. Peor que en los días de las persecuciones romanas y que las persecuciones comunistas.
b. La manifestación del "hombre de iniquidad" - ¡el propio Falso Cristo!
c. La persecución será, si cabe, todavía peor.
d. Habrá una lucha en todo el mundo con la pequeña banda de seguidores del verdadero Cristo contra las fuerzas del Falso Cristo.

Pero esto parece claro: Los africanos están apoyando un "orden mundial" más justo, algo a lo que el Papa también invocó en su reciente encíclica, no porque quieran "un gobierno mundial" que podría ser preludio de un tipo de orden "anti-cristiano" (el gobierno del anti-Cristo), sino precisamente porque ya existe un "des-gobierno mundial" que permite que enormes injusticias sean perpetradas con impunidad.

Esto nos lleva a otro pensamiento: los que incitan a los simples, buenos católicos, y a otros, a tener miedo de que el Papa esté invocando un peligroso y anti-cristiano "nuevo orden mundial" se están dejando engañar.

El Papa sabe que ya hay un peligroso "gobierno mundial" (o "des-gobierno") que está poniendo en práctica afanosamente cosas como el Protocolo de Maputo, y permitiendo - incluso fomentando - el saqueo de África.

Por eso, los que incitan las pasiones de los humildes contra toda invocación de que haya un gobierno que pudiera refrenar esos excesos, están siguiéndole el juego al demonio.

El tipo de "sistema de gobierno mundial" que el Papa está invocando es el del mismo tipo que invocan estos obispos: un gobierno razonable, con leyes razonables, capaz y dispuesto a impedir y a perseguir estos crímenes contra la humanidad.

Hasta que se forme un gobierno así para reinar entre los excesos que ya están ocurriendo, las fuerzas "anti-cristianas" seguirán celebrándolo y la gente sencilla seguirá sufriendo.