The M+G+R Foundation

La alegación de Infalibilidad Papal

¿Quién cómo Dios?
  (1)


INTRODUCCIÓN

The M+G+R Foundation encargó este documento a Lee Penn, periodista cristiano y autor de de False Dawn (2). Miguel de Portugal respalda este documento, que trae a la luz uno de los mensajes centrales que Miguel debe transmitir a todos, creyentes y no creyentes: No aceptéis sucedáneos, construidos por el hombre, del verdadero Dios.


EL PROBLEMA Y LAS ILUSIONES RELACIONADAS


1. Infalibilidad “en materias de fe y moral”


Los Papas, apoyándose en los concilios de la Iglesia Católica Romana, han alegado enseñar con infalibilidad en materias de fe y de moral. Esta alegación fue plasmada por escrito como dogma Católico Romano en 1870, con el decreto Pastor Aeternus, por el Concilio Vaticano Primero.

El texto del decreto del Vaticano I sobre la infalibilidad deja muy claro que el alcance de su autoridad está limitado; se aplica a la definición papal en doctrinas de fe y de moral, con la pretensión de vincular a todos los creyentes:

“...enseñamos y definimos como dogma divinamente revelado que: El Romano Pontífice, cuando habla EX CATEDRA, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables.” (3)

Este dogma no fue definido por la Jerarquía hasta 1870, lo cual significa que, o bien:

(a) el Espíritu Santo ofreció infalibilidad a la Iglesia sólo después de 1870 – aproximadamente 1840 años después de Pentecostés, cuando comenzó la Iglesia,

o bien

(b) que este decreto era retroactivo, cubriendo todas la enseñanzas papales vinculantes sobre “fe y moral” desde que se fundó la Iglesia. Esto supone problemas obvios, tal como se discute abajo.

En cualquier caso, en la Escritura hay evidencia de que Pedro, a quien los católico-romanos consideran el primero de los Papas, erró al menos una vez después de Pentecostés en la enseñanza de “fe y moral”, y requirió una amonestación de San Pablo. Como dijo Pablo:

“Mas cuando Cefas vino a Antioquía le resistí cara a cara, por ser digno de reprensión. Pues él, antes que viniesen ciertos hombres de parte de Santiago, comía con los gentiles; mas cuando llegaron aquéllos se retraía y se apartaba, por temor a los que eran de la circuncisión. Y los otros judíos incurrieron con él en la misma hipocresía, tanto que hasta Bernabé se dejó arrastrar por la simulación de ellos. Mas cuando vi que no andaban rectamente, conforme a la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: «Si tú, siendo judío, vives como los gentiles, y no como los judíos, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?»” (Gal. 2:11-14)

Además, como dice cierto historiador católico, “los papas de los primeros cuatro siglos apenas ejercían una autoridad relativamente limitada más allá de Roma y del entorno cercano de Roma. ... No fue sino hasta el pontificado de León el Grande (440-461) cuando se articuló por primera vez la alegación de jurisdicción papal universal (es decir, sobre la Iglesia entera, tanto del Este y como del Oeste) y se hizo un intento por ejercerla de una manera realmente contundente.” (4) Otro historiador del Papado añade: “Ninguna controversia en los primeros mil años del Cristianismo había sido resuelta meramente por el recurso al Papa.” (5)


2. Interpretación muy amplia del Vaticano


El Vaticano ha dado a la doctrina de infalibilidad una interpretación muy amplia, hecha así para cubrir casi todas las enseñanzas papales bajo el manto de la infalibilidad. El Papa Juan Pablo II dijo en 1993:

“Junto a esta infalibilidad de las definiciones ex catedra, está el carisma de la asistencia del Espíritu Santo, concedida a Pedro y a sus sucesores para que no se equivoquen en materias de fe y de moral, sino que alumbren con gran luz a los cristianos. Este carisma no está limitado a casos excepcionales, sino que abarca en diversos grados todo el ejercicio del Magisterio. ... Cerraremos haciendo notar que el ejercicio del Magisterio es una expresión concreta de la contribución del Pontífice Romano al desarrollo de la enseñanza de la Iglesia.” (6)

En la misma línea, el artículo 2037 del Catecismo de 1994 de la Iglesia Católica dice:

“La ley de Dios, confiada a la Iglesia, es enseñada a los fieles como camino de vida y de verdad. ... Tienen el deber [los fieles] de observar las constituciones y los decretos promulgados por la autoridad legítima de la Iglesia. Aunque sean disciplinares, estas determinaciones requieren la docilidad en la caridad.” (7)

En otras palabras, el Vaticano dice que el fiel ha de obedecer todas las enseñanzas dadas por la Iglesia Católica, tanto en materia de disciplina como en materia de fe y de moral. Un participante reciente en un grupo católico de discusión entiende que el Vaticano quiere, y urge a todos nosotros a confiar y obedecer:

“Cuando las dudas nublan nuestra mente y las cosas parecen emborronarse, deberíamos mostrar una confianza humilde, como de niños, en la Iglesia y en el Papa. La Iglesia es nuestra dulce madre en la tierra y el Papa es nuestro padre espiritual. A veces, a ojos de los hijos, los padres parecen arbitrarios y contradictorios, pero eso es sólo porque a los hijos les falta la madurez necesaria para captar las cosas que están más allá de su alcance.” (8)

Ahora el Vaticano extiende su alegación de infalibilidad incluso para la canonización de santos. En 1997 un decreto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) de Ratzinger dice que “las verdades conectadas a la revelación por necesidad histórica y que han de ser mantenidas definitivamente” por los católicos incluyen “la canonización de santos (hechos dogmáticos)”. (9)

La CDF dice que los católicos deben asentir, “basándose sobre la fe en la asistencia del Espíritu Santo en el Magisterio y sobre la doctrina católica de la infalibilidad del Magisterio” (10) Un manual de teología pre-Vaticano II explica que “si la Iglesia pudiera equivocarse en su opinión” de que “un miembro de la Iglesia ha sido asumido en la dicha eterna y puede ser objeto de veneración general”, “surgirían consecuencias que serían incompatibles con la santidad de la Iglesia”. (11) Es decir, el Vaticano dice ahora que quienquiera que “niegue estas verdades” (incluida la exactitud de las canonizaciones) “estaría en posición de rechazar una verdad de doctrina católica y en consecuencia no estaría en total comunión con la Iglesia Católica.” (12)

Si hay que hacer caso de esta norma, quienes nieguen que el fundador del Opus Dei es un santo no estarán en comunión con Roma. Mientras tanto, tenemos el contra-ejemplo de Juana de Arco, que fue quemada como hereje en 1431, después se aceptó su inocencia en un segundo juicio eclesiástico en 1456, y en 1920 fue canonizada. (13)


3. El Papa como icono mediático y centro del Catolicismo


Conjuntamente con esta nueva doctrina de autoridad papal, la tendencia desde Pío IX ha sido la de promover al Papa como un icono viviente y como estrella mediática, y la de convertirlo en el centro del Catolicismo.

Un historiador del Papado dice que a mediados del siglo XIX, “en la era de la imprenta popular y económica y del surgimiento de los medios de comunicación de masas, el Papa mismo se convirtió, casi literalmente, en un icono popular. Los hogares católicos, desde África hasta las Américas, eran tan propensos a mostrar un retrato del Papa como un crucifijo o una estatua de la Virgen, y la cara de Pío Nono [Pío IX] fue la más conocida que la de ningún Papa anterior en la historia.” (14) En 1876, el Cardenal Henry Manning de Inglaterra decía que el Papa, “dejando a un lado su «gloria temporal», era el icono viviente del Sagrado Corazón”. (15) Un himno popular de la época dice así:

“Henchido del Corazón de Roma que suspira
Bajo la cúpula suprema de quien es Apóstol
De labios de peregrinos que besan el suelo,
Resuena en boca de todos un sólo sonido:
«¡Dios salve al Papa, el grande, el bueno!»” (16)

Por lo visto, esa veneración se le subió a la cabeza al Papa. Cuando el Cardenal Guidi habló en el Concilio Vaticano I a favor de limitar el alcance de la infalibilidad papal (diciendo que su empleo debería contar con la ayuda de “el consejo de obispos, que manifestaban la tradición de las iglesias”), Pío IX reprimió al Cardenal, diciendo: “Yo soy la tradición.” (17)

Y aún más...

El patriarca greco-católico Youssef se había opuesto al decreto de infalibilidad del papa, y abandonó Roma antes de que el dogma fuera votado y aprobado. Más tarde, Pío IX “obligó al patriarca a arrodillarse en frente de él, y entonces puso sus pies sobre el cuello del patriarca”, (18) y dijo “testa dura” (19) (en esencia, llamándolo mula terca) (20)

Por cierto, Pío IX fue declarado “beato” por Juan Pablo II en 2000, poniéndolo en el camino a la canonización.

Tal manera de obrar de Pío IX, León XIII (1878-1903) la continuó. El historiador Eamon Duffi dice que León “se rodeó de toda la ceremonia de la monarquía, insistiendo en que los católicos recibidos en audiencias se arrodillasen ante él durante toda la entrevista, y nunca permitía a los que le rodeaban sentarse en su presencia, como tampoco nunca en veinticinco años intercambió una sola palabra con su cochero.” (21)

Juan XXIII y Pablo VI despojaron al Papado de algo de la pompa cortesana y de la ceremonia real que había heredado; pero desde la elección de Juan Pablo II, ha habido un renovado énfasis en la mística idólatra del Papado. Al Papa ya no se le levanta y se le transporta en silla de manos movida a pie por sus hombres; se le levanta ante el mundo movido por sus publicistas, con la cooperación de los voraces medios de comunicación.

* Historias de noticias recientes en publicaciones católicas y seculares dicen que Benedicto XVI es más popular que Juan Pablo II, si lo medimos por la asistencia a audiencias papales y a otros eventos del Vaticano.

* George Weigel, neo-conservador, partidario de la guerra y apologista católico, recientemente publicó “God’s Choice: Pope Benedict XVI and the Future of the Catholic Church” (“La elección de Dios: el Papa Benedicto XVI y el futuro de la Iglesia Católica”). El título implica que el Papa actual fue la mejor elección, hecha por Dios (actuando a través del Cónclave).

* Dos ariticulistas en el periódico Houston Catholic Worker dieron este titular a su historia sobre la muerte de Juan Pablo II: “Nuestro Dulce y Querido Cristo en la Tierra, Juan Pablo II, ha muerto.” (22) (Sta. Catalina de Siena había usado esta frase para describir al Papa en los años 1300)

Desde 1984, con Juan Pablo II y Benedicto XVI, el secretario de prensa del Papa ha sido el Dr. Joaquín Navarro-Valls. Él ha gestionado la puesta en escena de la imagen pública de los últimos papas, y tiene la base necesaria para hacerlo: es numerario del Opus Dei, ha sido actor y psiquiatra, y autor de un libro titulado Manipulación en la Publicidad. (23)


4. Poder mediático y estricta obediencia al Papa


Con el estatus de estrella mediática de los papas actuales se potencia y se anima la adulación al Papa y el apoyo incondicional de sus enseñanzas y acciones.

El apologista católico Patrick Madrid dice: “Llamamos «Santo Padre» al Papa porque amplía la presencia paternal del cielo.” (24) Y añade, “El Señor mantuvo Su promesa de estar siempre con la Iglesia, y esta promesa se ha mantenido, por excelencia, en la oficina del papado.” (25) Madrid describe la Basílica de San Pedro y el Vaticano como “el punto focal universal de la religión cristiana”; (26) incluso a pesar de que la Basílica fue financiada, en parte, por la venta de indulgencias. (Fue esta venta, dirigida por Julio II y León X, la que desencadenó la protesta de Lutero en 1517). En la conclusión de su defensa (sostenida a lo largo de todo el libro) contra los críticos, Madrid dice que Pedro “fue el primero de una línea de 2000 años de obispos de Roma que se erigen como centro de la Iglesia Católica. En cierto sentido podemos decir que los papas son su centro.” (27) (¿Veis el juego de pesca con anzuelo que se está haciendo: la sustitución de Dios, como cabeza y centro de la Iglesia, por un gobernante humano?)

Lo que Madrid dice puede haber tenido eco, incluso en el Papa actual. El día anterior a su elección, Benedicto XVI dijo a los cardenales que durante “la muerte y el funeral del llorado Juan Pablo II el mundo entero se volvió a él con confianza. Para muchos parecía como si esa intensa participación, amplificada hasta los confines del planeta por los medios de comunicación social, fuera como una petición coral de ayuda dirigida al papa por la humanidad moderna, la cual, sacudida por el temor y la incertidumbre, se pregunta sobre el futuro.” (28)

Ratzinger parecía situarse a sí mismo como aquél que ha de responder a esa “petición de ayuda”, en razón de su elección por Dios para el Papado:

“Si el peso de la responsabilidad que ahora recae sobre mis pobres hombros es enorme, el poder divino con el que puedo contar es con toda seguridad inconmensurable: «Tú eres Pedro y sobre esta roca construiré mi Iglesia.» Al elegirme a mí como Obispo de Roma, el Señor me quería como su Vicario, me deseaba como la «roca» sobre la que todo el mundo puede descansar con confianza.” (29)

¡Esto, ciertamente, son nuevas enseñanzas! ¿Quién iba a saber que “todo el mundo puede descansar con confianza” sobre el Obispo de Roma designado por Dios, o que el interés de las masas por el funeral de Juan Pablo II constituía una “petición coral de ayuda dirigida al papa por la humanidad moderna”?

Los grandes líderes necesitan seguidores serviciales. En respuesta al continuo decaimiento de las instituciones católico-romanas, varios comentadores católicos han propuesto como solución la estricta obediencia a la jerarquía. El arzobispo Charles Chaput de la archidiócesis de Denver habló por ellos cuando, como antídoto contra las “proféticas” travesuras de los disidentes liberales de las órdenes religiosas, propone que sigamos una de las “Reglas sobre la Manera de Pensar en la Iglesia” (30) ofrecidas durante la Reforma de San Ignacio de Loyola. La “Decimotercera Regla” citada por el arzobispo, es:

“Si queremos proceder de manera segura en todas las cosas, debemos adherirnos al principio siguiente: Lo que a mí me parezca blanco, creeré que es negro si la jerarquía de la Iglesia así lo define. Porque debo convencerme de que en Cristo nuestro Señor, el Novio, y Su esposa, la Iglesia, un sólo Espíritu ejerce su dominio, rige y gobierna por la salvación de las almas. Pues es el mismo Espíritu y Señor que nos dio los Diez Mandamientos por el que nuestra santa madre Iglesia es regida y gobernada.” (31)

Con la llamada a la estricta obediencia viene el hábito del secreto, tal como se requiere para proteger los activos y la reputación de la institución. En octubre de 2003, cuando Juan Pablo II nombró 30 hombres como cardenales, el juramento que todos hicieron incluía este voto: “no revelar a nadie lo que se me confía en secreto, no divulgar lo que pueda causar daño o deshonor a la Santa Iglesia.” (32) Es como si esto formara parte de unos estatutos para encubrir abusos de sacerdotes y maleficencias de la jerarquía.

Tales políticas y propaganda animan a la gente a enfocarse en, y seguir a, el Papa – sin considerar si las enseñanzas y políticas papales son coherentes con las enseñanzas de Cristo.

Esta visión de la autoridad y de la obediencia es directamente como la de la novela «1984» de George Orwell. Igual que el inquisidor del Partido Interior decía a Winston, el disidente encarcelado, “Cualquier cosa que el Partido diga que es la verdad es la verdad. Es imposible ver la realidad si no es a través de los ojos del Partido.” (33) La aceptación de este montaje mental irracional prepara al creyente para caminar como un burro hacia un precipicio espiritual.


EPÍLOGO por miguel de Portugal

Una vez que S.S. Juan Pablo II terminó su Pontificado todo lo que hemos tratado en este documento sólo tiene valor histórico. Juan Pablo II fue el último legítimo Sucesor de Pedro. (34)



REFERENCIAS                
(1) Lo cual significa: “¿Quién se atreve a intentar hacerse pasar por Dios?”
(2) False Dawn – “United Religions Initiative” (Iniciativa de Religiones Unidas), Globalismo, y la cuestión de Una Sola Religión Mundial
(3) Vaticano I, Primera Constitución Dogmática de la Iglesia de Cristo, cap. 4, párrafo 9, 18 de Julio de 1870, http://www.ewtn.com/library/COUNCILS/V1.HTM#6 (enlace en inglés), visitado 06/01/2006.
(4) Richard P. McBrien, Lives of the Popes, Harper San Francisco, 2000, p. 395.
(5) Eamon Duffy, Saints and Sinners, Yale University Press, 2001, p. 299.
(6) Juan Pablo II, Audiencia General, 24 de Marzo de 1993, “The Holy Spirit Assists the Roman Pontiff” (El Espíritu Santo Asiste al Pontífice Romano), http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/audiences/alpha/data/aud19930324en.html (enlace en inglés), visitado 06/01/2006.
(7) Catecismo de la Iglesia Católica, artículo 2037, http://www.vatican.va/archive/ESL0022/__P74.HTM, visitado 09/03/2006.
(8) http://www.bettnet.com/blog/index.php/weblog/comments/a_clarification_on_papal_infallibility/, (enlace en inglés) visitado 11/01/2006.
(9) Congregación para la Doctrina de la Fe, “Doctrinal Commentary on the Concluding Formula of the Professio Fidei”, 29 de junio de 1998, sección 11, http://www.ewtn.com/library/CURIA/CDFADTU.HTM, (en inglés) impresión 19/09/2005.
(10) Congregación para la Doctrina de la Fe, “Doctrinal Commentary on the Concluding Formula of the Professio Fidei”, 29 de junio de 1998, sección 8, http://www.ewtn.com/library/CURIA/CDFADTU.HTM (en inglés), impresión 19/09/2005.
(11) Dr. Ludwig Ott, “The Infallibility of the Church”, Fundamentals of Catholic Dogma, TAN Books and Publishers, Inc., 1960, p. 299.
(12) Congregación para la Doctrina de la Fe, “Doctrinal Commentary on the Concluding Formula of the Professio Fidei”, 29 de junio de 1998, sección 6, http://www.ewtn.com/library/CURIA/CDFADTU..HTM (en inglés), impresión 19/09/2005.
(13) Sta. Juana fue juzgada por una corte eclesiástica, se retractó de su “herejía” y fue sentenciada a prisión de por vida. Más tarde “reincidió” y fue juzgada y condenada como herética reincidente por una corte secular. Sin la precedente sentencia eclesiástica, la corte secular no la habría ejecutado por su “reincidencia”.
(14) Eamon Duffy, Saints and Sinners, Yale University Press, 2001, p. 293.
(15) Eamon Duffy, Saints and Sinners, Yale University Press, 2001, p. 293.
(16) Traducido al Español a partir de Eamon Duffy, Saints and Sinners, Yale University Press, 2001, p. 294. Este himno fue compuesto a mediados de 1800 por el Cardenal Wiseman, de Inglaterra.
(17) Eamon Duffy, Saints and Sinners , Yale University Press, 2001, p. 299.
(18) Melkite Greek Catholic Church Information Center, “History of the Melkite Greek Catholic Church”, parte 8, 24 de agosto de 2003, http://www.mliles.com/melkite/historyfrjamesbulletin.shtml (enlace en inglés), visitado 24/01/2006.
(19) Arzobispo Elias Zoghby, We Are All Schismatics, Educational Services (Diócesis Greco-Católica de Newton), 1996, p. 31.
(20) Jerry Ryan, “Back to the Future: Christian Unity and the Papacy”, Commonweal, 15 de enero de 1999, http://www.findarticles.com/p/articles/mi_m1252/is_1_126/ai_53889747 (enlace en inglés), visitado 24/01/2006.
(21) Eamon Duffy, Saints and Sinners, Yale University Press, 2001, p. 318.
(22) Mark y Louise Zwick, “Our Dear Sweet Christ on Earth, John Paul II, Has Died”, Houston Catholic Worker, Vol. XXV, No. 4, Special Edition 2005, http://www.cjd.org/paper/jpII.html (enlace en inglés), visitado 12/01/2006.
(23) Stefania Rossini, “The Pope’s Spokesman, in his own words“, Catholic World Report, Agosto/Septiembre 2005, p. 44; ver también historial de Navarro-Valls” en su sitio web, http://www.navarro-valls.info/biography.html, impreso 15/09/2005.
(24) Patrick Madrid, Pope Fiction, Basilica Press, 1999, p. 13.
(25) Patrick Madrid, Pope Fiction, Basilica Press, 1999, p. 19.
(26) Patrick Madrid, Pope Fiction, Basilica Press, 1999, p. 24.
(27) Patrick Madrid, Pope Fiction, Basilica Press, 1999, p. 307.
(28) Benedict XVI, “You Are Peter”, primer discurso dado al Colegio Cardenalicio, 20 de abril de 2005, según reimpresión de Inside the Vatican, mayo de 2005, p. 29.
(29) Benedict XVI, “You Are Peter”, primer discurso dado al Colegio Cardenalicio, 20 de abril de 2005, según reimpresión de Inside the Vatican, mayo de 2005, p. 27.
(30) Ignacio de Loyola, “Rules for Thinking with the Church”, en “Readings from the Protestant and Counter Reformations”, http://www.thecaveonline.com/APEH/reformdocument.html, impreso 08/05/2004; esta versión lista las 13 primeras reglas de Ignacio.
(31) Arzobispo Charles Chaput, “Consecrated life meant to be leaven in the Church”, 24 de abril de 2002, Archidiócesis de Denver, http://www.archden.org/archbishop/docs/4_24_02_consecrated_life.htm, impreso 08/05/2004. Esta regla es parte de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola; el conjunto completo de dieciocho reglas puede encontrarse directamente en http://www.fordham.edu/halsall/source/loyola-spirex.html, a fecha de 19/05/2004 .
(32) ZENIT.org, “Cardinals’ Oath on Receiving Biretta”, 21 de octubre de 2003, http://www.zenit.org/english/visualizza.phtml?sid=43207, impreso 19/09/2005. Este juramento ha sido “traducido a partir del latín original” por ZENIT, una agencia de noticias asociada a los Legionarios de Cristo.
(33) George Orwell, 1984 , edición de New American Library, 1961, p. 205.
(34) ¿Quién es Benedicto XVI?



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In English:  The Claim of Papal Infallibility – Who is like unto God?

Publicado en Inglés el 2 de Febrero de 2006 - día de la Presentación del Señor • Publicado en Castellano el 19 de Marzo de 2006 - Fiesta de San José - Patrón de la Iglesia Universal (Católica) • EPILOGO fue agregado el 31 de Mayo de 2008 - Fiesta del Immaculado Corazón de María

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